jueves, 2 de febrero de 2012

Crítica - The Road, la carretera


En The Road, un padre y un hijo caminan por un gris y frío mundo post-apocalíptico con la intención de llegar al sur para encontrar la salvación. La película está basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, que también escribió No es país para viejos. En el filme nos encontramos una adaptación muy fiel a esta novela, aunque sí que el director, John Hillcoat y el guionista John Penhall se toman ciertas licencias: dan más papel a la esposa a través de flashbacks y quita las partes más sanguinolentas del libro.

En esta película nos presenta un escenario terrorífico donde la humanidad está casi desaparecida, pero donde otras películas dan más importancia a lo externo, como mostrarnos Nueva York siendo destruida, aquí se da más importancia a lo interno, al interior de los personajes y a la naturaleza del ser humano.

El conflicto principal del filme es la defensa, por parte del padre (Viggo Mortensen), de su hijo (Kodi Smith-McPhee). Mientras el padre se vuelve en alguien desconfiado y salvaje con el mundo hostil que le rodea, el hijo muestra tener más humanidad y compasión que cualquier otro personaje, y eso sin haber vivido en el mundo civilizado. Hablamos de una bondad innata, al contrario de la idea de Thomas Hobbes de “el hombre es un lobo para el hombre”. El niño es el único ser capaz de compartir su comida con un desconocido o ayudar a alguien. Es esa esencia de verdadera humanidad la que el padre trata de proteger a toda costa.  

            Y todo esto se ve reflejado con diálogos escasos pero grandes interpretaciones. Sus miradas, sus gestos, sus acciones… todo eso nos transmite a la perfección la sensación de desolación que viven estos personajes.

La película es brillante si hablamos en términos formales, pero lo cierto es que le falta algo. Parece como si el frío del yermo por donde van los protagonistas hubiese afectado a la película, que en algunos momentos se vuelve muy lenta y fría. Quizá la culpa sea que es excesivamente fiel a la novela. La película tiene una carga de mensaje moral importante y llevar todo eso a la gran pantalla es muy difícil debido a que son pensamientos y reflexiones internas que de algún modo deben ser verbalizados. En el libro es fácil, pero en el cine juegas con acciones, y transmitir todo eso es realmente difícil. Personalmente hubiese puesto alguna escena más como la del sótano, que llenase de tensión la historia y así hacer más llevaderas las partes en las que padre e hijo hablan de lo mal que está la vida.

Por último, la fotografía de Javier Aguirresarobe merece un apartado especial. Éste director de fotografía que ha trabajado en películas como Los Otros o Mar Adentro hace un trabajo excepcional al ambientar el mundo post-apocalíptico donde ocurre la historia. Ese tono frío, gris, nevado, realmente te hace sumergirte en esa tierra devastada.

The Road es una buena película que termina con un mensaje esperanzador, que profundiza en aquellas cosas que nos hacen humanos y nos advierte de lo fácil que es perder, en situaciones límite, aquello que nos diferencia de los animales.  

NOTA: 7,5/10

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