domingo, 1 de enero de 2012

Crítica de cine - Cowboys contra Aliens


Cuando se acaban las ideas es hora de reinventarse, y una forma de reinventarse es coger algo de éxito y, o bien cambiar el contexto, o bien añadir algún elemento “original”. Cowboys contra Aliens rescata el género western que lleva muchísimo sin un gran cambio que lo adapte a las nuevas exigencias de público del nuevo siglo. La historia empieza con un tipo que se despierta sin memoria en mitad del desierto y llega a un pueblo típico del lejano Oeste. Allí se enemista con todo el mundo y es entonces cuando aparecen unos platillos volantes que secuestran a medio pueblo. Los supervivientes tendrán que unir sus fuerzas en busca de sus seres queridos secuestrados.
 El guión de la película se resumen en la siguiente premisa: el prota (Daniel Craig) se enemista con el terrateneniente tirano del pueblo (Harrison Ford) pero entonces llega un tercero más fuerte, los alienígenas, y no les queda más remedio que unir sus fuerzas para derrotarles y al final ver que, en el fondo, no son tan diferentes. La verdad es que no llama mucho la atención, pero un filme protagonizado por Indiana Jones y James Bond… tiene que ser bueno por narices, además dirigido por John Favreau, director de las de Iron Man; esto tiene pinta de blockbuster.

Pues no. Nos encontramos con un intento de algo original que ni es original ni es de calidad, es entretenido y punto. Creo que el mayor problema de todos, al menos yo lo he echado en falta, es que la película es muy seria, se toma en serio una invasión alienígena en el lejano Oeste titulándose como se titula. Yo hubiese echo algo más desenfadado, con más humor, algo que funcionó bastante bien en Iron Man gracias al carisma de Robert Downey Jr. Y digo esto porque la película ha quedado igual de absurda y tonta que sin pretenderlo.
Todo hay que decirlo, y es que la primera media hora está bastante bien. Da la sensación de estar en un buen western con el protagonista amnésico metiéndose en problemas con bandidos ya desde el minuto uno. También conocemos al cruel terrateniente que tiene más afecto a su esclavo indio que a su propio hijo, que busca llamar la atención de su padre yendo de tipo duro sin serlo. Tras la llegada de los aliens empieza la emoción y el desenfreno. La escena del pueblo está muy lograda, pero es a partir de ahí cuando la historia se desinfla y sólo quedan los efectos visuales y algún que otro diálogo intrascendente.  
El personaje de Harrison Ford es el mejor de la película, sin embargo, Daniel Craig está muy soso, como perdido. Apenas habla, apenas es expresivo… sólo corre y dispara. ¡Ah! Y de vez en cuando tiene algún que otro flashback e intenta poner cara triste. El personaje de la chica, interpretado por Olivia Wilde, también es del mismo estilo que el de Craig, aparte de que no aporta nada a la trama. Bueno, sí, porque a mitad de la película hacen un giro con su personaje con el que tratan de hacerla la clave de la historia, un giro pésimo que no hay quien se lo crea (y eso que la peli va de aliens en el Oeste).

La película tiene algún que otro vacío argumental y cosas sin sentido. Los aliens tienen una superioridad tanto física como tecnológica. ¿Por qué luchan a manotazos? ¿Para qué quieren tanto oro? ¿Cuál es su objetivo? ¿Es todo un super McGuffin? Parece que todas las películas de alienígenas que se estrenan últimamente cumplen unas características comunes. Todos son feos, horribles, malos y con grandes dientes, y vienen a destruir a los pobres humanos como si no tuviésemos suficientes problemas ya. ¿Dónde ha quedado E.T.?

NOTA: 5,5/10

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