Cualquier tiempo pasado fue mejor
En “Medianoche en París”, Woody Allen cuenta la historia de un guionista de Hollywood que llega con su novia y los padres de ésta a París. Mientras vaga por sus calles es teletransportado mágicamente a la época dorada de París, los años veinte.
En el film nos encontramos una oda a la nostalgia, al pasado, siempre con ese toque negativo propio de Allen. Y es que, en el fondo, este filme habla sobre lo inconformistas que somos con el tiempo que nos ha tocado vivir, y la añoranza de que el tiempo pasado fue mejor, pero que ya nunca podremos disfrutarlo.
Sin embargo, no todo es pesimista en la película. También se centra en la ilusión por vivir y en cumplir tus sueños, aparte de los hermosos escenarios parisinos donde transcurre todo el relato. Le dan ganas a uno de irse a París.
Lo mejor de todo, sin duda, son los cameos de personajes de la época como Hemingway, Dalí, Buñuel… Que protagonizan los mejores momentos del filme. Por decir algo negativo diré que me da un poco de pena que sus actuaciones se limiten sólo a meros gags y que aporten tan poco a la trama. Al final acaban siendo como una parodia de ellos mismos más que una auténtica recreación de aquellos años.
Otro aspecto negativo tiene que ver más con el espectador. Al igual que en todas las películas de Allen, el diálogo es la base de la película. Todos sus filmes poseen diálogos rápidos e ingeniosos y si el espectador no termina de conectar con esa forma de hablar corre el riesgo de perderse, y más aún si no sabe quién es Hemingway o Picasso.
“Medianoche en París” es una buena película, no excelente, pero tiene un aire original y desenfadado donde habla de cine, literatura, pintura, amor, mentiras, sueños y, sobre todo, de París.
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